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Cultivando la luz…de forma inteligente y sostenible (II)

En el anterior artículo recordaba mi último viaje a Córdoba. De camino, me venía a la mente el entusiasmo de las personas que estaban protagonizando e impulsando la modernización del mundo agrícola, y su avidez por conocer cómo la tecnología podía ayudar con las enormes dificultades que tenían que superar día a día.

Repasando las tecnologías que más podían ayudar, empezábamos siempre por la Inteligencia Artificial.

Sonaba a ciencia ficción, y en las reuniones, muchas veces las caras eran de incredulidad y escepticismo, pero a la vez eran grandes la curiosidad y ganas por aplicarlo en su explotación. Empecemos y vayamos a las analogías en el mundo fotovoltaico.

La aplicación número uno de esta tecnología en el mundo agrícola es la detección de plagas, zonas de baja irrigación, índices de vegetación (NVDI), y otras características esenciales para el campo mediante el reconocimiento visual de imágenes captadas por drones, o imágenes de satélite. Todo ello, unido a una fuente fiable y precisa de previsiones de datos meteorológicos, supone tener la capacidad de mejorar la cantidad, y sobre todo la calidad de las cosechas.

Pues con pequeñas variaciones, lo mismo aplica al “cultivo” de energía solar para producir electricidad.

Entendiendo la Inteligencia Artificial como la capacidad de analizar información “no estructurada”, como fotografías, vídeos, texto libre, conversaciones en redes, clima, condiciones atmosféricas, sus aplicaciones en el mundo fotovoltáico y eólico son enormes, y citaré algunos ejemplos sin entrar en detalles técnicos

Y así, muchísimas aplicaciones más.

En resumen, en el mundo fotovoltaico -y en cualquier otro campo donde desarrolles tu actividad-, si trabajas con mucha información que no puedes analizar o sacar conclusiones con una hoja de cálculo o herramienta similar, es donde puede tener sentido utilizar la inteligencia artificial. Y muchisimas veces la innovación viene de aplicar a tu sector o negocio lo que ya están haciendo en otros sectores o empresas.

¿Tienes ya pensado cuál sería tu caso en el mundo fotovoltaico – o en cualquier otro-?

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