Córdoba es una ciudad sin igual. Por sus calles, por su historia, por su luz, y sobre todo, por la cordialidad de su gentes (sin olvidarme del salmorejo, que me encanta). En mi anterior etapa profesional estuve varias veces, y cada vez que regresaba a casa, mi sensación era la de haber dedicado poco tiempo a conocerla más a fondo. Además, mi mujer no conocía la ciudad, así que, hace poco, decidimos pasar unos días por allí.
Pero este no va a ser un artículo sobre viajes, y turismo. Los que me conocen o han echado un vistazo a este blog, ya lo habrán adivinado. La cosa va a ir de tecnología, de campos -solares-, y de mi experiencia en el mundo agrotecnológico, muy vinculado a esa fantástica ciudad.
A lo largo de varios artículos, compartiré algunos datos relevantes relacionados con el asunto (la necesidad de producir electricidad de una manera sostenible con ayuda de la tecnología), y revisaré -basándome en casos reales- las tecnologías que pueden ayudar a que ese “cultivo energético” sea más sostenible y eficiente.
Enmarcando el problema:
En 2050, el planeta tendrá cerca de 10.000 millones de personas, desde los casi 8.000 que somos en la actualidad. También en esa fecha, la Unión Europea se ha marcado por objetivo llegar a las “Net Zero Emissions” en el marco de los Acuerdos de París, para evitar el desastre climático que supondría elevar tan solo 1,5º la temperatura de la Tierra.
Abastecer de alimentos y energía a esta creciente población, cuando los terrenos cultivables y el agua disponible para riego son cada vez más escasos, y además hacerlo de una manera sostenible para el planeta, evitando el uso de combustibles fósiles, es, -tras la pandemia- uno de los mayores retos a los que se enfrenta la humanidad.
Siendo consciente de que no existe una receta milagros para alcanzar esos objetivos, claramente la extensión del uso de energías renovables que eviten la emisión de CO2 a la atmósfera, es uno de los elementos clave para conseguirlo. De hecho, en el caso de España, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) tiene por objetivo conseguir el año 2030 una potencia total de 96 GW entre eólica y solar, partiendo de los 39 GW instalados en 2020. Más del doble de toda la capacidad instalada.
El reto es enorme, y será necesario usar la tecnología de una manera más inteligente y sostenible.
La buena noticia es que ya existen desde hace años tecnologías con un alto grado de madurez, capaces de potenciar y extender los beneficios del uso de dichas fuentes de energía.
En próximos artículos desarrollaré las tres tecnologías que, en mi opinión, pueden ser de mayor ayuda: Inteligencia Artificial, Edge Computing, y Blockchain.
https://es.statista.com/estadisticas/635122/evolucion-de-la-poblacion-mundial/
https://ec.europa.eu/clima/eu-action/climate-strategies-targets/2050-long-term-strategy_es